Tiempo de lectura: 3 min
Como terapeuta, no es parte de mi trabajo ayudar a mis clientes romper con alguien o que hagan todo lo posible (y hasta lo imposible) para lograr que una relación funcione.
Te corresponde a ti decidir si una relación tiene futuro o no, aunque puede ser difícil.
Uno de mis mayores logros profesionales, ha sido ayudar a uno de mis clientes a establecer una mejor comunicación con su novia. Él quería luchar por una relación que, personalmente, yo no toleraría. Pero, como ya dije, la decisión nunca debe ser mía. Era importante para el arreglarla y ahora esta mucho mas feliz con su pareja, aunque apenas hace un año, esa relación lo hacía sentir miserable.
Esclarecer exactamente lo que quieres es una tarea complicada y puede llevar años lograrlo. Pero una vez que te conoces a ti mismo, serás capaz de distinguir las relaciones que puedes mantener de las que no deberías.
En un mundo ideal todos nos ocuparíamos con nuestros propios problemas de una manera más adecuada, pero eso no es el caso. Hay que ayudar a las personas que queremos a crecer en la relación.
¿Pero qué pasa si la relación nos hace casi constantemente infelices? ¿Dónde se encuentra el límite? Depende de ti. Considerando que las personas difícilmente cambian, yo dejaría una relación problemática si el problema es causado por la otra persona, y lucharía por mejorar la relación, si el problema es causado principalmente por mí. Parece algo difícil de averiguar, pero no es imposible.
Señales de que el problema es causado principalmente por ti:
– Cuando tienes expectativas irreales de la relación.
– Cuando te sientes incapaz de expresar tus deseos y expectativas.
– Cuando quieres recibir más de lo que la otra persona está dispuesta a darte.
– Cuando escondes cómo te sientes.
– Cuando estás obsesionado sólo con tus problemas personales.
– Cuando estás obsesionado con tu pareja y/o tienes celos irracionales.
– Cuando problemas de la infancia interfieren con tu presente.
– Cuando dejas que malas experiencias de relaciones anteriores interfieran con tu relación actual.
Señales de que el problema es causado principalmente por tu pareja:
– Cuando simplemente no te ama lo suficiente.
– Cuando no quiere estar en una relación (ahora mismo o en general).
– Cuando presenta comportamientos patológicos como celos irracionales, adicciones, ira.
– Cuando tu pareja es dependiente de sus padres al grado de no tomar decisiones por sí misma.
– Cuando deja que decepciones de sus relaciones anteriores interfieran con la presente.
– Cuando sigue sintiendo algo fuerte por su ex (el odio también cuenta).
– Cuando te trata como su segunda opción.
– Cuando nunca ha sido monógamo(a) pero tu se lo pides.
Siempre analiza tus sentimientos primero. Se completamente honesto e intenta ser los más objetivo posible. Por ejemplo, puede ser que interpretes tus propias inseguridades o celos como falta de atención por parte de tu pareja. O, que no veas las fallas de tu pareja, debido a baja autoestima.
Toma una decisión responsable cuando analices las causas del problema. No tengas miedo de terminar una relación larga si no hay nada que puedas hacer para que funcione. De hecho, muchas personas lo que realmente lamentan es no haber tenido el valor de dejar sus relaciones problemáticas (o no haberlo hecho antes).
Si te das cuenta que tú eres el motivo por el que la relación no funciona, pon manos a la obra. Trabaja en ello (por tu cuenta o con ayuda profesional). No sólo mejorará tu relación de pareja, también lo harán tus relaciones familiares y de amigos.
No puedo decirte más sobre tu relación en concreto, pero con este artículo, espero haber ayudado a que te hagas las preguntas adecuadas.
¿Quieres charlar sobre el artículo? Deja un comentario o envíame un e-mail con tu opinión y no te ovlides a seguirnos en Facebook.
¿Necesitas apoyo personal?
2 comments
Comments are closed.