El mito más nocivo sobre los trastornos mentales (y cómo combatirlo)

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Los trastornos mentales o psicológicos siempre han sido un tema polémico. Gran parte de esta polémica se debe a los tantos mitos que hay a su alrededor.

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Aunque las falsas creencias sobre los trastornos mentales son muchas, hoy en concreto, quiero hablar de un mito muy peligroso que refleja el largo camino que aún nos queda por recorrer en el tema de la salud mental.

Se puede decir de muchas maneras, pero al final, el mensaje es el mismo:

“Trastorno mental es sólo un nombre elegante para una persona de carácter débil.”

Sí, todos hemos pasado por momentos de ansiedad, tristeza y angustia en nuestras vidas y, aunque técnicamente no es totalmente erróneo decir “estoy deprimido” cuando tenemos un mal día (o varios), hay una gran diferencia entre la tristeza que experimentamos en las “malas rachas” y la depresión clínica. Lo mismo ocurre con la ansiedad, uno de los trastornos mentales más incomprendidos; pues hay un enorme trecho entre los nervios de llegar tarde a una entrevista de trabajo, a tener ataques de pánico frecuentes.

Cuando hablamos de trastornos mentales, hablamos de afecciones psicológicas o cognitivas que provocan síntomas prolongados, y lo más importante: genuinos.

Así que quien luche a diario con ansiedad, miedo, depresión o ataques de pánico, y además, hace lo mejor que puede para sobrellevar su día a día, en realidad no es debilidad lo que está mostrando, sino fuerza. Porque se necesita valor para enfrentarse a los propios fantasmas. Y se necesita aún más valor para hacer algo al respecto.

¿Cómo combatir el mito?

Considerar que las personas con trastornos mentales, sufren porque son “débiles” o por falta de fuerza de voluntad, refleja nuestro desconocimiento acerca de estos temas; pues dichas afecciones psicológicas afligen la calidad de vida de las personas que las sobrellevan mucho más allá de su estado de ánimo. Básicamente, etiquetar de “débil” a alguien con depresión o ansiedad no sólo es juzgar sin conocimiento de causa, sino también promover un estigma social que puede hacer que mucha gente no busque ayuda.

El simple hecho de entender esto, ya es combatir contra las creencias erróneas.

Por otro lado, si eres tú quien vive con algún trastorno mental, quiero que sepas que eso no te define como persona.

Recuerda que no hay nada malo en pedir ayuda y atreverte a vivir.

Eres mucho más que una etiqueta. Eres mucho más que un trastorno.  Todos lo somos.

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