Conseguir un trabajo es como encontrar un nuevo novio. Tienes que estar preparada emocionalmente para encontrarlo; debes saber lo que quieres; no deberías parecer desesperada para conseguirlo y por fin, para atraer a los que son adecuados para ti, debes tener mucho cuidado cono te vistes.
Ya sabes que aunque está bien ir con minifalda a una entrevista para un trabajo de camarera, obviamente es muy poco profesional vestirse de la misma manera para una entrevista en una oficina de abogados.
Cuando te invitan a una entrevista de trabajo, trata de averiguar cuál es el código de vestimenta no oficial en la empresa. Es esencial ser reconocido visualmente como un miembro más del equipo incluso antes de tener la oportunidad de decir “hola”.
Esta regla no aplica sólo para las entrevistas. Una vez que comiences tu nuevo trabajo, te formaras una idea general de lo que son los caminos posibles para desarrollo profesional en la empresa. Incluso si no hay un código de vestimenta oficial, reconocerás cómo van vestidos los gerentes, los representantes de ventas y los especialistas de alto nivel. Los profesionales que se reúnen los clientes quizás tendrán un estilo impecable, los gerentes probablemente usarán ropa formal pero cómoda y los técnicos de alto nivel, pues… probablemente ellos no se preocupan por su apariencia en absoluto.
Desde una etapa muy temprana de tu carrera, la gente va a empezar a notarte. Aunque tus habilidades y capacidades son cruciales para ser excepcional en tu trabajo, las personas que toman las decisiones en tu empresa son más dispuestas a promover los buenos empleados que son fácilmente reconocidas como semejantes de ellos. Así que, si deseas llegar a ser en un técnico y los mejores técnicos en tu empresa son metaleros, sería mejor no ir a trabajo con traje todos los días. Olvídate de las rastas si algún día quieres ser gerente de ventas… o quizás considera hacértelas si tu deseo es ser uno de los diseñadores creativos.
Incluso si has estado trabajando en la misma posición durante mucho tiempo y ya no tienes la oportunidad de hacer la primera impresión, puedes empezar a cambiar tu guardarropa poco a poco. Es importante hacer cambios pequeños porque los cambios drásticos pueden tener el efecto contrario, ya que parecen desesperados.
Y por último, ¡se tu mismo y mantén tu propio estilo! Sea cual sea el nivel de formalidad de tu ropa nueva, nunca compres cosas que te hagan sentir incómoda. Si de repente tienes que vestirte de manera formal, no deberías saltar de las zapatillas sobre los tacones altos. ¡Usa tus colores favoritos! Busca la ropa que realmente te encanta, incluso si es diferente de lo que te has acostumbrado a llevar.
Puede ser que este proceso te quitara poco más tiempo, pero valdrá la pena porque cuando obtengas tu promoción ya te sentirás segura con su apariencia y estarás capaz de concentrarte más en tus nuevas responsabilidades y desafíos.
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