Para cada ruptura se necesitan dos personas. Posteriormente de la ruptura cada uno puede averiguar qué tan herido(a) se encuentra, y en función a eso, cada quien podrá decidir si puede llamar a su ex o no.
Tú eres la persona que te conoce mejor que nadie y eres el único que puede evaluar si los problemas que no se podían superar la primera vez pueden ser reevaluados y posiblemente arreglados la segunda.