Los beneficios psicológicos de viajar
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El dicho “Viajamos no para escapar de la vida, sino para que la vida no se nos escape”, parece ser muy popular en la actualidad.
Y sinceramente, estoy muy de acuerdo. Por necesidad o por deseo, el ser humano siempre ha sido un viajador por naturaleza.
Para hacer un viaje, estamos dispuestos a ahorrar, hacer maletas y lidiar con la seguridad y las colas en el aeropuerto. ¿Por qué? Bueno, porque esas molestias son superadas, por mucho, cuando se contrastan con conocer otra parte del mundo, con su propia cultura y diversas peculiaridades. Cuando viajamos, miramos de frente a la otredad — un mundo que es diferente del que venimos ya sea en grandes o pequeñas maneras. Esta confrontación con la otredad tiene la habilidad de cambiarnos (también en grandes o pequeñas maneras).
Sí, cuando estamos de vacaciones usualmente nos sentimos más relajados, pero ese no es el único beneficio psicológico de viajar.
Aquí tienes algunos de los beneficios de viajar:
1) Habilidad para resolver problemas.
Mientras viajas, hay veces que tienes que resolver y gestionar ciertas situaciones. Pero el beneficio real que viajar nos ofrece, es que el estar en tierras extranjeras por un tiempo te puede ayudar a resolver tus propios “rollos” mentales. La distancia puede brindarte una perspectiva diferente de los que sean tus problemas en casa.
A veces la solución que estábamos buscando desesperadamente, surge mientras caminamos tranquilamente junto a un río o mientras vagamos por el centro de una gran ciudad. El acto de viajar implica movimiento, no sólo en el sentido físico, sino en nuestro propio interior.
La distancia psicológica activa el pensamiento creativo aunque no sea eso lo que estábamos buscando en principio.
¿Quieres saber más acerca de cómo viajar despierta la creatividad? Lee esto.
2) Estabilidad emocional.
Obviamente, la estabilidad emocional es el resultado de mucho factores internos y externos. Sin embargo, estudios muestran que las personas que han vivido en el extranjero son más propensos a ganar una nueva perspectiva de la vida y la sociedad.
Debido a que quienes viajan por períodos largos de tiempo pueden participar de lleno en otra cultura, son capaces de analizar ciertas situaciones desde diferentes perspectivas, ¿El resultado? aprenden cómo manejar retos de la vida cotidiana de una manera más estable que la que antes tenían.
¿Quieres saber cómo es que viajar puede cambiar tu personalidad? Lee esto.
3) Apertura a la experiencia.
A todos nos ha pasado, ¿no? Ser más desenvueltos mientras estamos de vacaciones: probando diferentes tipos de comida, siendo más activos de lo usual y, en general, buscando nuevas experiencias.
Viajar puede hacernos sorprender de nosotros mismos y esa apertura a la experiencia y exposición a diferentes backgrounds podría enfrentarnos con aspectos de nuestra personalidad que desconocíamos previamente.
Tal vez somos más sociables de lo que pensábamos, o por el contrario, pasar un buen rato solos no nos asusta como creíamos. El punto es que viajar nos ofrece la oportunidad de mantener nuestra mente abierta.
¿Quieres saber más? Mira esto.
Viajar es, a la vez, una exploración y un descubrimiento. Y aunque suele venir con varios retos, eso es precisamente lo que hace que la experiencia valga la pena. Al viajar, algo dentro de nuestro ser sabe que, si la arquitectura, tradiciones y paisajes cambian, nosotros también somos capaces de hacerlo.
Así que la próxima vez que te entren unas ganas inexplicables de viajar, tómalas como una señal de que es el momento de conocer una parte del mundo, y de tí, que no conocías antes.
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