Plan B o cómo tener éxito utilizando el pensamiento estratégico

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¿Te has preguntado por qué el destino es tan bueno con algunas personas pero constantemente negligente con otras? Incluso, tal vez hayas sentido que la vida es injusta cuando tus planes personales fallan. ¿Te has preguntado cuál es el problema con el destino?

Todos tienen las mismas oportunidades de triunfar, suponiendo que se encuentren en el ambiente adecuado, pero algunas personas parecen aprovechar mejor que otras las oportunidades que se les presentan. ¿Por qué?

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Existen personas brillantes que, a pesar de su inteligencia y talento, simplemente no son capaces de lidiar con los retos del día a día porque no están acostumbradas a pensar de manera estratégica. El éxito no es necesariamente el resultado directo de las habilidades personales, sino una compleja mezcla de talento y capacidad puestos en acción.

Mi consejo es: siempre ten un plan B, C, D…Z

Se puede encontrar al éxito de varias maneras, pero hace falta más que solo buscar a la vuelta de la esquina. Y así como en los cuentos de hadas, para encontrarlo, tendrás que cruzar hasta montañas. ¿Cómo es que el pensamiento te puede ayudar a conseguir esto? Simplemente, tendrás que contemplar tus oportunidades y planear cuidadosamente los pasos a seguir. La gente exitosa hace esto todo el tiempo, incluso lo hacen inconscientemente. De hecho, el planeamiento estratégico, puede convertirse en una parte natural del ser, como un reflejo.

Una de las habilidades más importantes, en mi opinión, es aprender a dividir las metas en plazos: corto, mediano y largo. Suena simple, pero es poca la gente que realmente lo hace.

Las metas a largo plazo son como deseos abstractos que te gustarían se hicieran realidad en el futuro. En general, no deberían estar aunadas a proyectos concretos o personas. Piensa en cómo te gustaría que fuera tu vida en X años, ¿Qué te gustaría sentir? ¿En dónde quisieras estar? Por ejemplo:

“Quiero tener un ritmo de vida relajado y vivir cerca de la playa con mi familia y mascota” o “Quiero tener un negocio exitoso y un estilo de vida dinámico”.

Por otro lado, un pobre planteamiento de metas, sería algo así:

“Quiero casarme con Paul, tener tres hijos y que mi suegra me quiera” o “Quisiera ser gerente en la compañía en que trabajo, comprar un Ferrari y ser la envidia de mis compañeros”.

Las primeras dos metas se encuentran claramente definidas, pues el foco de atención eres TU, tus sentimientos, emociones y el contexto en el que quisieras vivir tu vida en el futuro. Es importante definir el entorno en el que quisieras estar (tu país natal, en el extranjero, cerca del mar o en qué tipo de cuidad), el nivel de estrés y qué responsabilidades estás dispuesto a tener.

En el segundo par de metas hay algunos errores fundamentales como:

–          Ligar tu felicidad a personas concretas.

–          Poner el foco de atención a aspectos superficiales y no tus propios deseos.

–          Relacionar el éxito con objetos materiales.

–          Lograr esas metas no depende sólo de ti y por lo tanto, no puedes lograr que pasen o no.

–          Pensar que no lo mereces.

Así que trata de evitar las trampas de la vanidad y el materialismo, de esa manera, tendrás más posibilidades de ser exitoso, incluso también financieramente.

El siguiente paso para “soñar de manera efectiva” es establecer las metas a plazo medio. Éstas se refieren a grandes cambios en tu vida que deberías de hacer para lograr tu meta final a largo plazo. Siempre ten un plan B. Algunas veces las maneras para conseguir lo que quieres parecerán controversiales, tal vez tu carrera requerirá que te prepares más y que, al mismo tiempo, tengas que trabajar horas extra en la oficina. Quizás necesitarás prestar más atención a las necesidades de tu pareja en tu vida amorosa o a lo mejor tendrás que explorar otras oportunidades. Éste es el momento de invertir…y perder, de probar y encontrar las imperfecciones en ti y en tus planes, para poder corregirlas y seguir adelante. No te rindas porque tu meta a largo plazo sigue allí y de alguna manera u otra podrás llegar a donde quieres estar.

Hay quienes dicen que Dios se ríe cuando escucha a la gente hacer planes. Si utilizamos la misma metáfora, tal vez lo que Dios experimenta cuando escucha a la gente plantear estratégicamente sus metas, es una sinfonía: compleja, emocional y fascinante.

Por último, pero no menos importante, están las metas a corto plazo.

Bien, estas son cosas que te llevarán más cerca de tu meta final y que puedes hacer durante la semana, hoy, o mejor aún, ahora mismo. Por ejemplo…haber leído este artículo.