Lo que aprendí en mi lecho de muerte (Parte 2)

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<- Parte 1
“Las cosas de que me arrepentí:

What I learned

  1. Me arrepentí de haber mentido.

Me arrepentía de haber mentido o engañado a alguien con tal de obtener lo que quería. Mentir requiere una cantidad impresionante de esfuerzo. Mi camino por la vida había sido mucho más turbulento de lo que podía haber sido, si hubiera perseguido la verdad.

Lo que aprendí: Aceptar que no siempre vas a encajar en la sociedad, en tu trabajo o en tu familia; y que eso no significa que haya algo malo contigo. La verdad es valiosa y apreciada en cualquier sistema de creencias y diferentes culturas.

  1. Me arrepentí de sentirme culpable.

La culpa ha impuesto muchas restricciones en mi mundo. Me había vuelto una mala compañía. Me sentía culpable por no ayudar a mis seres queridos lo suficiente, culpable de gastar dinero, culpable de no haber contribuido a mejorar el mundo, de no tener salud, por no mejorar la vida de otros con mis decisiones. Incluso, me sentía culpable de sentirme culpable.

Lo que aprendí: La culpa es una mala consejera, pero una buena maestra. Puede ser que te sientas culpable por toda clase de cosas, pero no dejes que la culpa guíe tu vida. Utiliza el sentimiento de culpa para identificar lo que realmente te importa y determinar tus valores personales.

  1. Me arrepentí de no decir ni mostrar mis verdaderos sentimientos.

Estaba apenada por haber tenido repentinos momentos de valentía para expresar frustración, dolor y amor. Me arrepentí de no darme cuenta antes de mis verdaderos sentimientos. Como consecuencia de esto, una vez que comencé a revelar mis sentimientos, la culpa y el deseo de mentir desaparecieron completamente. Ya no los necesitaba.

Lo que aprendí: La libertad de confiar en ti mismo comienza con el simple acto de expresarte sin miedo alguno.

  1. Me arrepentí de no tratar de ver las cosas desde distintos puntos de vista.

Me sentía muy mal por no haber lo suficientemente tolerante como para tratar de reconocer diferentes puntos de vista. Tener siempre la misma visión es limitante y me hizo sentir egoísta y antisocial.

Lo que aprendí: Al dejar a los demás compartir sus perspectivas y al aceptar que existen distintos puntos de vista, se gana un mundo de crecientes dimensiones y posibilidades.

  1. Me arrepentí de darme permiso de morir.

Sentía mucho que decepcionaba a todos al dejarme morir. Si había sobrevivido todo ese tiempo, tenía ya la responsabilidad de vivir. Nadie podía predecir si viviría o no, pero yo sentía que vivir era una obligación.

Lo que aprendí: No se puede avanzar si no cubrimos nuestras necesidades básicas y si ignoramos todo lo que somos capaces de lograr. Sigue tu instinto de vivir, y si lo pierdes, vuelve a tu yo-cuerdo. Confía en tu cuerpo, en tu intelecto, date el crédito que mereces y piensa que eres un ser inteligente. Confía en que, paradójicamente, así como todos somos parte del problema, también somos la solución.

He aprendido que todavía tengo mucho por aprender, todos tenemos mucho por aprender. ”

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