Durante años he estudiado la imagen del cuerpo femenino y me he dado cuenta de una cosa muy significante: las mujeres somos adictas a la búsqueda de imperfecciones. Esto no siempre es malo; en realidad es muy bueno que hagamos todo lo posible para conseguir siempre los mejores resultados en todo lo que hacemos. Queremos ser la mejor de las madres, unas profesionales impecables, las novias más sensuales, las esposas más amorosas… Pero ¿sabéis qué? Eso es imposible y cuanto antes lo aprendamos, mejor nos sentiremos en nuestra piel.
Tomemos por ejemplo las revistas de moda. ¿Establecen estándares de belleza (femenina y masculina) demasiado altos? ¡Por supuesto que sí! ¿Elimina Photoshop todas las imperfecciones de la piel y cambaá a formas imposibles el cuerpo de los modelos? ¡Sí!, pero ¿se limita el problema solo a las imágenes que percibimos?